Nadie olvida la primera vez que vio la Alhambra, la construcción árabe más espectacular y famosa del mundo. Desde cualquier punto de la ciudad, se divisa la silueta en forma de barco, punteada por cipreses, de un monumento que desde hace doce siglos constituye el emblema de Granada.
La Alhambra ha sido ciudad palatina, palacio de reyes y fortaleza, todo en uno. El conjunto es una construcción sorprendente: no tiene fachada principal, ni centro, ni un eje determinado. Edificios, torres, palacios, patios y jardines se van sucediendo de forma natural, como si la propia vida de sus habitantes hubiera ido diseñándolos.